No cabe duda que la cultura Paracas fue una de las más impresionantes y, de las que aún hay mucho por hablar. El por qué de las formas alargadas de sus cráneos sigue siendo un misterio, al igual que el modo en que enterraban las tumbas de la cultura Paracas, aunque existen algunas hipótesis que nos indican que probablemente se deba al nivel socioeconómico de aquella época. Pero exactamente, ¿qué eran capaces de hacer los Paracas?
Ellos tenían muy en cuenta la diferencia entre el mundo divino y el real, puesto que realizaban entierros, adoraban a sus dioses, sacrificaban personas y animales, momificaban y enterraban con objetos y textiles a los cadáveres… Todo esto debido a que se creía que tenían otra vida después de la muerte. ¿Qué había más allá de la muerte para los Paracas?, ¿Cómo enterraban a sus muertos los paracas?
La cultura Paracas salió a la luz a fines del siglo XX por el arqueólogo peruano Julio César Tello, y está dividida por dos periodos: Cavernas y Necrópolis.
Sepultura de Paracas Cavernas
Esta etapa se caracteriza por varios detalles: su antigüedad, la influencia de la cultura Chavín y por cómo se enterraban a los muertos, en forma fetal.
La sepultura se daba en tumbas subterráneas comunitarias cavadas en roca en forma de copa invertida; ahí, en un fondo de unos seis metros de diámetro se colocaban los fardos funerarios.
Como resultado de las condiciones climáticas, los cuerpos se encontraban momificados. Según el descubridor, en estos cementerios predominó la población femenina y se dieron a conocer las trepanaciones craneanas.
Sepultura de Paracas Necrópolis
Este periodo se denominó “Necrópolis” porque las sepulturas se dividían en diversas cámaras fabricadas por debajo del suelo, dentro de los recintos de un antiguo pueblo, que resultaba ser una especie de “ciudad de los muertos”.
Asimismo, se encontraron las tumbas rectangulares de Warikayan en el que se hallaron 429 fardos funerarios enterrados en el transcurso de 30 años. Muchos de ellos fueron analizados, revelando al mundo un oculto tesoro textil: cientos de telas bordadas, así como varias ofrendas hechas de cerámica, metales nobles, piedras, plumas y otros materiales artesanales.
Fue de estas sepulturas que se extrajeron, los famosos fardos funerarios en los que el cadáver era puesto en una canasta en posición sentada. La complejidad de estos fardos se evidencia en los cuidados y detalles con los que fueron envueltos, ya que cada manto posee una historia que todavía no ha sido descifrado por los especialistas.
Además de collares, brazaletes y otros accesorios que eran puestos al cadáver, se le acomodaban vasijas con alimentos y, alrededor, pequeños fardos bañados en sangre, hondas y otros textiles que revelaban historias que aún son indescifrables.
Después eran envueltos en varias capas de telas rústicas y finas. Esto realmente ha hecho creer que todo lo que poseían en vida se iba con ellos hasta después de la muerte. Era algo sumamente sagrado y obligatorio.
Como puedes observar, las tumbas de la cultura Paracas Cavernas y Necrópolis son increíbles y siguen manteniendo un misterio que muchos arqueólogos continúan intentando revelar.
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